REFLEXIONES TRAS ALEMANIA

La de ayer fue una de esas alegrías que nos da la Fórmula 1 de vez en cuando. Un buen tipo y buen piloto ha ganado una carrera luchando contra los elementos en forma de drive-through absurdo. La carrera no es que fuese una maravilla para guardarla en la deuvedeteca pero por lo menos nos alegró la tarde.

El fin de semana tuvo, una vez más, una carga política que ya empieza a cansar. Max Mosley sigue mareando la perdiz, pero por lo menos esta vez ha quedado claro que cada día que pasa tiene menos apoyos y ya resulta molesto hasta para sus antiguos aliados. Los meses desde aquí hasta octubre se van a hacer larguísimos. Quien ha entrado en escena con una fuerza arrolladora ha sido Ari Vatanen. Esperemos que no le pase como a Sarah Palin y no se vaya diluyendo como el azúcar. Vatanen es un ex-piloto, una persona con interés deportivo, coherente y comprometido, sangre fresca que no tiene nada que ver con el pasado más reciente de la FIA. Desde que sigo la F1 he visto pasar por la presidencia de la FIA a dos caciques: Jean Marie Balestre y Max Mosley. Los dos eran políticos que le cogieron gusto al cargo y que se acabaron convirtiendo en dictadorzuelos. La firma de un nuevo Pacto de la Concordia que ponga fin a toda esta incertidumbre parece cada día más cercana. A ver si es verdad.
Por cierto que NTechnology, una de las empresas que se presentó para cubrir una de las tres plazas libres para el próximo año, ha denunciado a la FIA ante los tribunales alegando irregularidades en el proceso de selección de dichos equipos. La denuncia se basa en la exigencias de la FIA de que los nuevos equipos usasen motores Cosworth.

Este fin de semana ha empezado la silly season, ese tiempo del año en que empiezan las apuestas para saber dónde estará quién el año que viene y que sirve de excusa a los periodistas del motor patrio para inventarse todo tipo de noticias. Este año la cosecha va a ser menor que la del año pasado a pesar de que va a haber más movimiento, pero la casi segura marcha de Fernando Alonso a Ferrari resta interés a ojos de esos tan internacionales periodistas.

Uno de los rumores afecta directamente a Timo Glock, ese piloto que Marco Canseco tildó de "indigno para la F1". Pues bien, ese indigno piloto es más que probable que pilote para McLaren en 2010. Y ahora viene la gran pregunta: ¿no véis nada raro en ello? Pues está bien claro: es el premio por haberle regalado el Campeonato del Mundo a Lewis Hamilton el año pasado. Es una de las cosas que se negociaron en el caótico medio minuto que decidió el Mundial el año pasado. Eso yque Toyota se quedaría con el mercado de turismos de Madagascar en detrimento de Mercedes.

Vamos a acabar con un clásico de lloriqueo: Rubens Barrichello. Rubinho está empezando a conseguir que le pierda el respeto. Ayer se descolgó con unas declaraciones en las que acusaba a su equipo de haber hecho una demostración de cómo perder una carrera. Es posible que Brawn(el equipo) se haya equivocado al mandar a los dos pilotos con la misma estrategia a tres paradas, pero también es cierto que Rubens llevaba un coche más descargado que Webber y que no fue capaz de conseguir abrir el más mínimo hueco. Barrichello debería recordar que ha tenido a su disposición hasta seis coches campeones del mundo y que lo máximo que ha conseguido han sido una victoria aquí y otra allí sin ser nunca un candidato claro al título. Después de abandonar Ferrari lloriqueando y contándole al mundo lo bueno que era, que en Ferrari lo tenían capado y que en Honda iba a demostrar quién era, aquí tiene su oportunidad para hacerlo. ¿Y qué hace? Seguir lloriqueando depués de verse superado claramente por Button. Como dice mi amigo Hata "no vamos a descubrir a Barrichello como Campeón del Mundo". Quita a Button del equipo, ponle a un número dos claro y Barrichello lo único que conseguirá será ganar tres carreras.